jueves, noviembre 04, 2004

Supercampeones: Capítulo 128

Era una linda mañana otoñal de Noviembre, cuando Oliver, Steve, y Bruce viajaban en carro con Edwin Villafuerte.

“Gracias por invitarnos a tu casa, Bruce, para comer Ceviche,” dice Steve. “Me encanta comer el ceviche de CONCHA DE TU MADRE JA JA JA JA JA.”

“JA JA JA,” ríe Edwin Villafuerte. “A mi también me encanta, aunque tiene muchos pelos. JA JA JA JA.”

“Aún así, a todos nos encanta el ceviche de concha peluda de la mamá de Bruce. JA JA JA JA,” añade Steve.

“JA JA JA JA. Sí, pero a mí me gusta con limoncito, porque eso le quita el tufo. JA JA JA JA,” dice Oliver, y todos se ríen, incluyendo a Bruce. La verdad es que el pobre de Bruce jamás entendió porque, cada vez que él invitaba al equipo a comer ceviche en su casa, todos se ponían a hablar del ceviche de concha de su mamita. Bruce no entendía esa fascinación, ya que a él nunca le gustó mucho ese ceviche, y siempre pensó que su mamá le ponía mucha cebolla. Tampoco entendía porque todos se quejaban de los pelos, ya que el se había puesto a examinar las conchas que trajo su mamá del supermercado, y ninguna tenía pelos. Hace unos meses, estando en la plaza le pidió a una vendedora que de favor le enseñara una concha peluda. Bruce no sabe exactamente que pasó, pero despertó dos semanas después en el hospital con una placa metálica en la cabeza. Desde ese día decidió simplemente reírse con sus amigos y no volver a la plaza a preguntar huevadas.

“Oye, Steve, pásame otro six pack de Brama, que ya se me acabó el que tenía,” dice Edwin Villafuerte.

“¿Otro mas? Ya es el quinto desde que salimos, y solo hemos avanzado cuatro cuadras. Vaya, usted si que chupa trago.”

“Claro, yo lo hago para igualar a mi ídolo Oliver Khan, alias el Drunken Masterkaizer. Él dice que si tu puedes chupar sin parar toda una semana, y vivir, entonces puedes parar cualquier bola solo con el pensamiento y la fuerza de tu kí interno.”

“Oiga, ¿y no es peligroso andar manejando mientras chupa?”

“Solo si eres maricón. Yo estoy bien, solo me he tomado cinco six packs desde que salimos, ocho Trópico Secos, un balde de removedor de pintura, dos Zhumir Coco, y un sorbo de agua del estero salado. Eso es huevada. Yo solo me preocupo cuando empiezo a tener visiones. Por cierto, Oliver, tienes culebras encima.”

“¿Qué culebras? No hable pendejadas, señor Villafuerte.”

“Chucha, solo porque trepaste a tu hermano gemelo mientras no estaba viendo, no te creas que no les puedo sacar la chucha a los dos. ¡Me sacan esas culebras del carro, o se me van a la verga!”

“Sabe qué señor Villafuerte,” dice Steve. “Creo que mejor no le paso el otro six pack.”

“Steve, tú si eres mi amigo, tú te preocupas... tú si eres mi amigo, eres mi pana. Déjame abrazarte, a ti y a tu hermano gemelo.”

“¡Puta Madre, no suelte el volante! ¡Cuidado con ese camión!” grita Bruce.

“¿Eh, cual de los dos?”

.... Continuará. (En verdad no, no se lo tomen en serio.)