domingo, octubre 03, 2004

El ataque del 8-11

Quisiera disculparme – antes que nada- por no haber escrita una puta mierda en varios días. Bueno... la verdad es que disculparse suena a mucho para tan poco, porque dudo mucho que alguno de ustedes se haya puesto “¡Batiduende no ha escrito nada! ¿Cómo mierda voy a hacer para enfrentarme a este día sin sus sabias palabras de aliento? Y yo que dependía de sus conocimientos para no volverme gay y operar de corazón abierto a mi padre.” A lo mucho uno que otro se puso “Estoy aburrido; Voy a ver si Batiduende escribió algo. ¡Vago hijo de puta, no escribió ni verga!” Así que yo creo que mas apropiado para la ocasión es un “Chucha... sorry, loco.” La verdad es que he estado ocupado mucho últimamente, y he llegado a mi casita prácticamente solo a quedarme ruco hasta el día siguiente, pero ya todo se normalizó, así que de vuelta a escribir tonterías en mis ratos de ocio.

Para empezar esta nueva ola de posts sin rima y sin razón, que nunca tienen nada que ver el uno con el otro, quisiera contarles acerca de unas personas de las que vale la pena hablar; unas personas a las que yo admiro mucho, y yo considero que son dignos de alabanza. Si, estoy hablando de las personas que programaron el juego de Playstation2 Winning Eleven 8. Este juego es tan arrecho, que me he tomado la molestia de escribir una lista de cosas que yo creo que el mundo le debe dar a las personas que trabajaron arduamente en él.

- Un harem de concubinas para cada uno. Por lo menos unas veinte. Si la persona es mujer, o gay... bueno... chucha... un harem de putos... yo que sé. Lo único que yo sé es que se merecen culear lo que les venga en gana.

- Un viaje a la clínica de vergas donde Collin Farrel se hizo operar la suya para que le alarguen lo que tenía hasta un reverendo miembro de medio metro.

- La ONU deberá vaciar esos países que a nadie le importan, y darle uno a cada tipo. Tampoco uno muy grande, yo digo algo así como Andorra, Ruanda o Uzbekistán o cualquier otro país lleno de hijueputas que no extrañaremos, porque no conocemos a nadie de ahí.

- Un brazo biónico. Pensándolo bien, la verga también debería ser biónica; y, cada vez que se empieza a poner erecta, debería hacer ese ruido que hacía el hombre biónico cada vez que empezaba a correr con supervelocidad. Ustedes se acuerdan, ese CHIN CHIN CHIN CHIN ruido que salía.

¿Pero... por qué Winning eleven 8 es tan arrecho? ¡Ah, buena pregunta! No solo es bueno porque es lo mas cercano al fútbol que se ha programado; Sino porque, de alguna forma que yo solo puedo pensar que es magia negra vudú, han logrado meter el alma de los jugadores en el juego. El otro día yo estaba jugando un partido Ecuador – Colombia. Kaviedez estaba solo frente al arco a menos de dos metros. El arquero no estaba ni cerca, porque había salido a tapar una bola disparada por el Tin, y al golpearla de milagro le cayó a Kaviedez... y la bestia de Kaviedez falla. ¡ESE ES KAVIEDEZ! Casi lloré de felicidad al ver que estaba igualito de incompetente. No solo eso: Es casi imposible meter un gol sin poner al Tin en el equipo. ¡ESE ES MI ECUADOR! Si lo pones a jugar a Aguinaga, él juega bien por diez minutos, y después le empieza a dar infartos y se muere en plena cancha. ¡ESE ES EL ALEX! Si lo pones a jugar a Salas, ¡VIOLA A ALGUIEN! Bueno.. la verdad eso último no pasó – para serles sincero. Pero una vez mientras celebraban un gol que metió el Tin, Salas se le trepó encima y se puso a frotarse contra el Tin; y eso me dio mucho miedo.


Tarjeta roja... al aburrimiento. JA JA JA JA... odio mi vida... ¿Qué mierda estoy haciendo?


Debido a que este juego es una de las cosas mas grandes jamás hechas por el hombre, yo insisto en que las personas que trabajaron en él sean incluidas en las página de la historia con sus nuevas vergas postizas de medio metro.