¿Quién carajos inventó el caldo de tronquito?
!No, Google! ¡Ese no es!
Pregunto ahora, porque el otro día me llevaron a un local que vendía caldo de tronquito.
Yo como buen ecuatoriano si conocía de la existencia de este idiosincrásico plato de comida nacional, pero comerme un caldo de tronquito está en mi lista de “Huevadas que no pienso hacer nunca en mi vida” en un lugar entre “frotar mi miembro viril contra la cara de Elsa Bucaram” y “hacerme superestrella del Reggaeton.” Jamás había entrado en un local que venda un caldo de tronquito, o me había puesto a buscar uno ni de curioso.
Para los ecuatorianos que no sepan, y para los extranjeros que de vez en cuando me leen, un caldo de tronquito es una sopa cuyo ingrediente principal es la última parte de la anatomía del toro que ustedes pensarían meter en sus bocas. Imagínense un toro, e imaginen todas las partes que componen un toro. Luego imaginen la última parte del toro que ustedes, a menos sean enfermitos, acercarían a sus bocas. Si todavía no se les ha ocurrido que parte pueda ser esa, déjenme darles una pista: ¡ES LA VERGA! Caldo de tronquito es una sopa hecha con verga de toro. Literalmente es una sopa que sabe a verga.
Si ustedes se preguntan como un ídolo de las multitudes - como yo - fue a parar a un local donde agarran una verga y te la venden en un plato, la historia es la siguiente:
Me encontraba trabajando tranquilamente revisando las seguridades del cliente y todas esas mierdas que ya les dije que no sé como se hacen, cuando una de las personas que trabajaba ahí conmigo tenía que regresar a Quito. A uno de mis compañeros se le ocurrió que la mejor manera de despedirlo sería llevarlo a un local a tomarse un caldo de tronquito.
- Oye, Batiduende, vamos a comer caldo de tronquito, ¿te apuntas?
- De todo el tiempo que me conoces, ¿qué mierda he hecho que te haga pensar que yo estoy interesado en comerme tu sancocho de miembro? Dímelo chucha, porque ahorita mismo viajo en el tiempo y evito que eso pase.
- Chucha, aunque sea ven para acompañar.
- ¡Bueno, ya! Voy para acompañar.
Me llevaron a un local que queda en la calle Cuenca y... chucha, ¿qué sé yo? La que cruza. Me hubiera gustado llevar una cámara, tan solo para tomarle una foto al menú pintado en una pared. Era como un menú de Burger King o McDonalds con los combos escritos, pero si estuvieran en el mundo Bizarro. COMBO 1: Caldo de Tronquito, Cebiche de Huevo de Toro, una Coca-Cola. Ese menú hubiera reemplazado al Batman en triciclo que tengo en la foto al principio del blog. Ahora que me acuerdo, el local se llamaba “Aquí es Marcelo.”
La verga estaba cortada en pedazos, para que ni te des cuenta que mierda te estás metiendo en la boca. Uno de mis compañeros de trabajo que estaba ahí comiendo tranquilamente su verga de toro, me dijo que en Santo Domingo de los Colorados te sirven la verga entera sin cortar. Santo Domingo entra en la lista de “Pueblos de mierda que destruiré cuando reviva a Godzilla.”
Yo solo me quedé ahí sentado conversando y ni pedí una Coca-Cola por miedo de que también le metan verga ahí.
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